lunes, 28 de julio de 2008

La Pereza Intelectual

No pensar, no reaccionar, no criticar. Eso parece ser la máxima de nuestros días, en los que domina la pereza intelectual.

¿Comodidad? ¿Miedo? ¿Pereza intelectual?
¿Qué nos motiva a no utilizar nuestra capacidad de razonar, de encadenar elementos para sacar una conclusión válida?
Recuerdo que en una ocasión una compañera de la universidad le pregunta al profesor para qué servía la Lógica. Él le respondió que para mejor diferenciarnos de las bestias. La risa fue general en el grupo, también en ella. Y es verdad, la inteligencia, la racionalidad, nos distingue de las bestias. Los seres humanos somos animales racionales, a diferencia del resto de los animales, esto es, de las bestias. Como lo menciona un artículo que leí llamado: “Dignidad humana, valores y criterio”, en donde se preparaba el tema de la “pereza intelectual”:
"Tal vez el principal tema de la autocrítica humana se refiera a la actitud del hombre de no querer ser lo que en realidad es, o sea, de ser infiel a su propio ser. Algunas veces parece que quiere ser ángel, y otras parece que quiere ser bestia. La realidad es que el hombre es un animal racional, es decir, un espíritu encarnado, espíritu y materia, alma y cuerpo. Cuando el hombre adopta actitudes inadecuadas, inauténticas o incoherentes con su verdadero ser, suele también tratar de ubicarse en lugares, tiempos y circunstancias que no le corresponden".
Pues bien, el hombre es infiel a su propio ser siempre que adopta la actitud de no querer ser cabalmente racional, ya sea más o menos advertidamente: ¡la pereza intelectual nos resta humanidad!
¿Cómo superar la pereza intelectual?
Tal vez no haya nada mejor para superar la pereza intelectual que desarrollar el gusto por la verdad, el respeto por la realidad objetiva, el reconocer que las cosas son como son, o que fueron como fueron, y no como a nosotros nos gustaría que fueran o que hubieran sido. Se trata de actitudes que debemos empezar a aplicar en nuestra vida diaria, dejar los caprichos de jóvenes y de adolescentes a un lado, que no desbanquen nuestra realidad, y de que las fantasías o sueños sean una meta, que no sea una distracción cuando están sentados en la sala de clases. Importa mucho desarrollar el hábito de observar, de escuchar, de llevar a cabo actividades de consulta, muy relacionadas con la lectura y con el hábito del razonamiento. Vamos, que viva la razón y dejemos a un lado la “Pereza intelectual”
En el video que viene ahora, se profundiza en cuanto a las enormes distancias que existe entre el conocimiento del mundo de hoy y el hombre común. Observa con atención.